Pidiéndoos disculpas por la demora obligada por una serie de circunstancias con la que hoy publicamos, hemos vuelto para presentaros a Javier del Amo Mateos.
Ex - director de la desaparecida banda de Nuestra Señora de la Soledad de la Bañeza desde 2000 hasta 2006 y hermano de pago de la Cofradía de la Santa Veracruz de esta misma ciudad, ha formado parte activa de otros colectivos donde según nos narra, las discrepancias con las cabezas visibles le llevaron a desvincularse de motu propio o de manera obligada: “En una de las cofradías soy persona non grata y de la otra llevo expulsado muchos años, por el tema de las bandas y las cofradías que a buen seguro muchos de vosotros habréis vivido. Por eso, después de tanto encontronazo y tanto desencanto, la única hermandad que a día de hoy existe para mí es la de mis compañeros de la Banda”.
Si bien el mundo de las cofradías y hermandades despertaba en él un interés y una pasión inusitada, el mundo de las bandas llegó de un modo accidental. “Tuve una lesión en una rodilla que me impidió salir en las procesiones de Semana Santa; entonces, para compensar el año de sequía y saciar la necesidad cofrade, busqué algo que pudiera vivir durante todo un año. Y así, empecé a tocar en la banda de cornetas y tambores de Angustias y Soledad de La Bañeza. Yo tocaba el tambor y mi hermano era Timbal. Más tarde, y otra vez por desavenencias con la dirección, me desvinculé de la banda y decidí entrar en el Nazareno de La Bañeza. Allí teníamos una banda buena y fue donde empezamos a meternos en este mundillo en serio. Llegó un año en que éramos unos 75 componentes, aunque eso sí, muchos de ellos eran chavalines. Llegamos a grabar un disco titulado Bendito Trozo de Nogal. Todo iba genial hasta que tuvimos problemas y terminaron echándonos de la Cofradía. Fue entonces cuando fundamos la Banda de la Soledad. Y allí estuve hasta su desaparición, momento en que ingresé en las filas de la Victoria. Y aquí estoy, encantado de la vida y disfrutando día a día como el que más”.
Si bien el mundo de las cofradías y hermandades despertaba en él un interés y una pasión inusitada, el mundo de las bandas llegó de un modo accidental. “Tuve una lesión en una rodilla que me impidió salir en las procesiones de Semana Santa; entonces, para compensar el año de sequía y saciar la necesidad cofrade, busqué algo que pudiera vivir durante todo un año. Y así, empecé a tocar en la banda de cornetas y tambores de Angustias y Soledad de La Bañeza. Yo tocaba el tambor y mi hermano era Timbal. Más tarde, y otra vez por desavenencias con la dirección, me desvinculé de la banda y decidí entrar en el Nazareno de La Bañeza. Allí teníamos una banda buena y fue donde empezamos a meternos en este mundillo en serio. Llegó un año en que éramos unos 75 componentes, aunque eso sí, muchos de ellos eran chavalines. Llegamos a grabar un disco titulado Bendito Trozo de Nogal. Todo iba genial hasta que tuvimos problemas y terminaron echándonos de la Cofradía. Fue entonces cuando fundamos la Banda de la Soledad. Y allí estuve hasta su desaparición, momento en que ingresé en las filas de la Victoria. Y aquí estoy, encantado de la vida y disfrutando día a día como el que más”.
hombre javier;como en la victoria de leon....sabes elegir!!!!
ResponderEliminarseguro que en esta encuentras el cielo...
suerte artista.